
Hasta ahora existían guías similares solo para tres rubros —recolectores de residuos domiciliarios, repartidores de bebidas y trabajadores portuarios—. El nuevo documento es el primero enfocado en un sector mayoritariamente femenino.
En la Escuela Básica Pedro Aguirre Cerda, en Cerrillos, la superintendenta (s) de Seguridad Social, Patricia Soto; y la directora de Junaeb, Camila Rubio, presentaron la primera guía para proteger la salud de más de 35 mil manipuladoras de alimentos del Programa de Alimentación Escolar y de Párvulos, con foco en detectar y prevenir enfermedades laborales.
Según explicaron las autoridades, la Guía para la Aplicación del Estudio de Puesto de Trabajo para Enfermedades Musculoesqueléticas establece un marco para identificar riesgos biomecánicos, implementar medidas preventivas y fortalecer el registro y análisis de condiciones de salud laboral. Está dirigida a organismos administradores del seguro laboral, profesionales en prevención de riesgos, empleadores y trabajadoras del sector.
“Este trabajo recoge la experiencia en terreno de las propias manipuladoras. Su valor está en que no se queda en lo teórico: entrega orientaciones prácticas para prevenir riesgos, calificar adecuadamente enfermedades profesionales con enfoque de género y avanzar hacia lugares de trabajo más sanos y seguros”, indicó la superintendenta (s) de Seguridad Social, Patricia Soto.
“En Junaeb estamos comprometidos con mejorar la calidad de vida de 35 mil mujeres que aseguran alimentación a casi dos millones de niñas, niños y jóvenes en más de 12 mil escuelas y jardines. Esta guía, construida en conjunto a manipuladoras, profesionales de Junaeb y Suseso tras visitas a terreno, entrega medidas concretas para identificar riesgos, prevenir enfermedades y proteger a quiénes cocinan casi cuatro millones de raciones de alimentos”, señaló la directora nacional de Junaeb, Camila Rubio.
¿En qué consiste la guía?
La Guía para la Aplicación del Estudio de Puesto de Trabajo para Enfermedades Musculoesqueléticas (EPT-ME) es un instrumento técnico que permite evaluar de manera objetiva las condiciones laborales de las manipuladoras de alimentos, identificando los principales riesgos físicos y ergonómicos a los que están expuestas y estableciendo criterios claros para su prevención o calificación como enfermedades profesionales.
Entre sus principales contenidos y orientaciones prácticas se encuentran:
Caracterización del puesto de trabajo: detalla las labores de preparación de alimentos, entrega de raciones, lavado de utensilios, aseo general y almacenamiento de mercadería, visibilizando la carga física y la repetitividad de estas tareas.
Riesgos ergonómicos y biomecánicos: aborda posturas forzadas, movimientos repetitivos, manipulación de cuchillos y utensilios, traslado de fondos de gran peso y esfuerzo asociado al corte de verduras y carnes.
Manejo manual de cargas: incluye la manipulación de sacos de hasta 20 kilos, traslado de mercadería entre pisos y levantamiento de ollas y fuentes calientes, proponiendo el uso de ayudas técnicas como carros, plataformas o sistemas de apoyo.
Infraestructura y equipamiento: entrega recomendaciones para adecuar cocinas y bodegas, mejorar la distribución de espacios reducidos y asegurar mobiliario adaptado a la antropometría de las trabajadoras.
Rotación y organización del trabajo: sugiere esquemas de distribución y rotación de tareas para reducir la sobrecarga en labores repetitivas como lavado de bandejas, corte de verduras o porcionado de alimentos.
Elementos de protección personal (EPP): establece estándares mínimos para guantes resistentes al calor adaptados a manos femeninas, calzado antideslizante, ropa protectora y ayudas ergonómicas.
Registro y documentación: propone un formato estandarizado de Estudio de Puesto de Trabajo que permite a organismos administradores del seguro laboral, empleadores y comités paritarios contar con información clara y comparable para la gestión preventiva y la calificación de enfermedades.
En definitiva, la guía entrega un marco de acción práctico y aplicable en terreno que busca proteger la salud, prevenir lesiones musculoesqueléticas y mejorar la calidad de vida laboral de más de 35 mil trabajadoras que cada día sostienen la alimentación de niñas, niños y adolescentes en escuelas y jardines del país.
Revisa la Guía completa AQUÍ