En este espacio, desarrollaremos entrevistas a diversas voces que habitan y gestionan las aguas de la provincia del Limarí, para conocer su mirada, su diagnóstico y sus soluciones para la crisis hídrica que atraviesa el territorio. Nos encontraremos tanto con autoridades como con organizaciones comunitarias.
Capitulo 1
Antonio Rodríguez entrevista a Dennys Vázques Obando, artesana y creadora local, gestora del espacio experimental Yanantin, de la Tienda de Arte Newen, impulsora de la celebración del año nuevo indígena en Ovalle. Actualmente, experimentadora en permacultura y participante de la Red de Agricultura Casera Locos de Pario y del movimiento suelos vivos de la provincia del limarí, siendo fundadora de la chacra familiar comunitaria en Higueritas Unidas en Ovalle.
Dennys tiene una conexión profunda con la ancestralidad, por lo que para ella el agua es un elemento vivo, formador y propulsor de la vida, es sagrada. Desde los sueños y el vínculo con el saber antiguo, llegó a la comprensión de que se podía producir vida y alimentos prescindiendo incluso del agua superficial… el agua se puede guiar desde la parte inferior del suelo hasta la superficie, y desde la observación, es lo que ha venido implementando en su casa, en el secano, en Higueritas Unidas,
Dennys recuerda que la cantidad de agua que tiene hoy nuestro planeta es exactamente la misma cantidad desde cuando se formó, no es que ahora tengamos menos, sino que la estamos utilizando de distinta forma, por eso falta en algunos lugares y en otras cae en cantidades enormes. Desde su mirada el agua no es el centro del problema, porque los pimientos de la quebrada están verdes y no se enteran que hay sequía. La forma en la que estamos viviendo, que contamina el agua, y la sobre explota para satisfacer necesidades inventadas por nosotros mismos, es el problema y genera los desequilibrios.
Esto afecta todo, las dinámicas sociales e individuales. Sin agua, todo se trastorna. La comunidad se pone de mal humor, llega la violencia, cuando hemos estado 15 días con el agua cortada, se muere lo que estás plantando, se genera conflicto social, la sensación de estar vulnerado, de ser vulnerable, hay un cuestionamiento profundo de cómo se generan las políticas. A nosotros nos llevaban agua en camiones aljibes mientras en Ovalle se contrataba un camión para hacer nieve.
El funcionamiento de las APR es complejo, los dirigentes tienen mucha responsabilidad, pero no tienen independencia, no tienen los recursos suficientes, no tienen la relevancia que merecen. Uno cuando vive en Ovalle no se imagina cómo es la distribución del agua en la ruralidad. A nosotros, cuando la napa bajó nos llevaban agua en aljibes, 1000 litros para 15 días, qué haces con eso, se supone que la media son 150 litros diarios.
Desde aquí que es tan relevante preguntarse cómo fijar el agua en el territorio, cómo recargar la napa para no depender de abastecedores externos, que dan inseguridad. Y es lo que se está experimentando con diversas técnicas y estrategias en el espacio Yanantin. “Si tú tienes dinero en el banco y te has demorado mucho en juntarlo y empiezas a sacar y sacar, un día te dirán que no tienes más dinero, con el agua pasa lo mismo, y nosotros la estamos sacando para usos super superfluos, sin pensar en el retorno”.
La vivencia, nos ha invitado a cambios muy profundos. Primero, deconstruir la idea instalada de que el humano es el más importante, la política pública habla del consumo humano, tenemos que comprender que somos una creación más de la naturaleza. Lo otro, es que hay que cuestionar que “la raza es la mala, y que el planeta tiene que eliminarnos”, porque no es así, la naturaleza como macro organismo inteligente por alguna razón nos ha creado, pero hemos distorsionado el mandato natural y creemos que el problema y la solución dependen solo de nosotros.
Desde la pequeñez, desde la humildad nos hemos puesto al servicio del planeta. Hemos implementado técnicas de cohabitación saludable con el territorio. El espacio Yanantin es una parcela de 5000 metros cuadros, en el secano de Ovalle que está diseñado pensando cómo puedo habitar sin tener que estar poniendo insumos y energía siempre. Tenemos una casa construida en madera y trabajada con cobertura de barro que regula la temperatura, tenemos captación de agua lluvia, todo el techo esta intervenido para regar, todavía tenemos agua de las lluvia que ha habido. Tenemos baño seco, para no usar el agua para descarga de orina y feca: Tienes un espacio para la orina para ir a regar aprovechando los nutrientes, y la feca se va a un compostero y se transforma en abono en dos años. Tenemos acolchado en las plantas, para minimizar la evaporación y maximizar la microbiología, tenemos diseños para aprovechar las aguas lluvia en la irrigación, reciclamos aguas grises… etc.
El principio entonces es cómo hacer permanecer el agua el terreno. Feca y orina se transforma en fertilidad, y no en contaminación. Eso permite que en terreno de arena y piedra, puedan crecer árboles, y nos permite superar la cacofobia, entendiendo que lo que sale de nosotros no es otra cosa que lo que entró en nosotros.
Fijar agua y fertilidad al territorio permite contar con más masa verde. El ciclo del agua está formado por muchos microciclos pequeños. En el secano, el ciclo tiene que ver con la cantidad de la vegetación, y ahí tenemos la sintropía que nos habla de cómo el planeta apunta a ser bosque siempre. Si se observa la estructura del bosque hay muchas especies con distintas alturas, distintas necesidades de sol, distintos tamaños, es un diversidad muy amplia con densidad muy intensa, tubérculos por el suelo, plantas enormes como las araucarias, los robles, las palmas hasta las enredaderas, y en el medio todos los demás árboles, arbustos, frutales, en fin. Al haber tanta densidad de materia orgánica, va a bajar la temperatura del suelo, va a comenzar la descomposición y con ella la humedad, y el mismo suelo, a través de millones de micro y macroorganismo va a ir poniendo disponible esta fertilidad, creciendo y muriendo en el lugar, permitiendo los pequeños ciclos.
Podemos hacernos cargo de la crisis hídrica y traer una mejora automática en la calidad de vida. En un año haciendo sintropía tuvimos más fructificación y producción de materia orgánica que en 12 años. Y hoy producimos nuestros alimentos, generamos energía asociativa, hay un núcleo de vecinos que participa cada uno investigado y compartiendo soluciones locales, resolvemos con lo que hay en casa, mejoramos la salud por la alimentación, retornamos la fertilidad que el lugar tuvo en algún momento, acumulamos energía… Y todo esto, consumiendo casi 1/5 de agua de una casa normal, pagamos 2000 de consumo en la boleta de la apr…
Cuando empiezas a comprender qué es vivir en abundancia, transformamos la sensación de que somos el problema y vemos que podemos ser la solución.
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